lunes, 31 de enero de 2011

FLORES EN EL ÁTICO – V.C Andrews


Tapa del libro.


En el post anterior hable del primer libro que leí, ahora hablare del último que he leído este mes y que lo descubrí en www.librosylibretas.com, una de mis web favoritas. Se trata de la saga de la familia Dollanganger, o más bien conocida como la saga "Flores en el Ático" de Virginia Andrews.

Es una historia escrita en 1977, que trata sobre una familia llena de oscuros secretos que ni sus lujos, ni dinero pueden tapar, donde las malas acciones de unos, repercuten en otros. La autora va tejiendo esta historia, en voz de la protagonista quien es la narradora, dejando varios cabos sueltos entre líneas que terminan resolviéndose en los demás libros de la saga. El amor, la esperanza, la ambición y el pecado son sus principales ingredientes, mostrándonos la crudeza del ser humano en su máximo esplendor atraves de impactantes situaciones, que son muy mal vistas dentro de muchas sociedades, sobre todo por las más conservadoras, aunque algunas de ellas llegarían a tener una justificación ya que solo son consecuencias de las malas decisiones tomadas por otros en beneficio propio.

El primer libro: Flores en el Ático, es el inicio de esta fascinante historia que comienza cuando sus protagonistas son apenas unos niños, cuatro hermanos Chris, Cathy, Carrie y Cory, tras quedar huérfanos de padre son llevados por su madre a casa de sus abuelos, prometiéndoles una vida próspera y feliz, rodeados de lujos y de todas las cosas que el dinero puede comprar, sin embargo terminan siendo encerrados en una habitación que lleva al ático, ya que el abuelo no sabe de su existencia y su despiadada y fanática abuela no tiene ni el más mínimo sentimiento de amor o compasión por ellos, pues los considera “progenie del diablo”, hijos del pecado, ya que sus padres eran tío y sobrina.

Los días pasan, y la única esperanza de los niños es que el abuelo muera para que su madre pueda heredarlo y así disfrutar de lo que les prometió en un principio. Chris y Cathy, por ser los mayores, terminan asumiendo el papel de padres de los pequeños gemelos Carrie y Cory, y para hacer la estancia de estos un poco más "placentera" empiezan a decorar el ático con flores de papel y a parte de tener que ingeniárselas para entretenerse, tienen que lidiar con las rígidas y excesivas reglas de la abuela que van desde aprenderse frases de la biblia de memoria, hasta no mirarse entre personas del sexo opuesto. Los niños  también van notando el desinterés de su antes amorosa madre, cuyas visitas son cada vez más esporádicas, que quiere congraciarse con ellos dándoles caros e inútiles regalos.

Lo que al principio se suponía iba a ser un encierro de unos cuantos días, se convierte en unos largos tres años, en los cuales la abuela sigue igual de cruel y la madre cada vez más despreocupada. La esperanzas de los niños empiezan a decaer y sienten que sus sueños nunca se realizaran, el de Chris ser doctor y el de Cathy, bailarina, pero sobre todo empiezan a dudar del amor de su madre, sobre todo Cathy, quien es la que más desconfía de ella. El encierro y el paso de la niñez a la adolescencia, hace que la relación de Chris y Cathy se vuelva más intensa y que desarrollen pasiones prohibidas, cumpliéndose así el pecado que siempre les auguró la abuela.

La muerte del pequeño Cory a causa de una supuesta pulmonía, pone en alerta a los hermanos, ya que cualquiera podría ser el siguiente y desde ese momento tienen ya la idea de escapar porque al parecer su madre, quien ha vuelto a casarse y sigue manteniéndolos en secreto, se ha olvidado de ellos y solo desea disfrutar de la inmensa fortuna de su familia, sin embargo no es sino hasta el final del libro es que se descubre su verdadero rostro, ya que, cegada por la ambición, llega a límites insospechados por querer deshacerse de quienes estorbaban su feliz y placentera vida.

Gracias al ingenio de Chris, los hermanos logran escapar y tras descubrir los verdaderos planes que tenía su madre para ellos, deciden que es mejor perdonar y olvidar, dejar todo en el pasado e iniciar una nueva etapa. La historia termina dejando a los ahora tres hermanos Dollanganger, con un futuro incierto, aunque no peor del que pudieron tener si seguían encerrados en el ático.

Esta es una saga compuesta por 5 libros en total: “Flores en el Ático”, “Pétalos al Viento”, “Si hubiera Espinas”, “Semillas del Ayer” y “Jardín Sombrío”. Basta con leer el primer libro para quedar enganchado a esta historia. 

Este fue sin duda el gran descubrimiento del mes para mí, por ahora ya estoy empezando “Si hubiera Espinas” y así seguiré hasta terminarla. Veremos que otros descubrimientos maravillosos me aguardan este año.


viernes, 14 de enero de 2011

CORAZÓN - Edmundo de Amicis





Esta no es la portada del libro que yo tengo, pero es la que más se le parece, este fue el libro que como ya les conté, me interesó por la lectura: “Corazón” de Edmundo de Amicis.

En la primera página había una dedicatoria, que me hizo entender que el libro había sido un regalo de un profesor a mi hermano mayor cuando este hizo promoción de secundaria, estaba casi nuevo, sin duda nunca lo había leído y sin duda llevaba varios años allí abandonado, así que motivada por mi curiosidad de niña, empecé a leerlo.

El resultado, me encanto, mi imaginación volaba imaginándome a Enrique, Derossi, Precossi y Garrone, los protagonistas y acaso “héroes de la historia”. Enrique, quien cumple el papel del narrador, es un niño que a través de su diario nos muestra el mundo que lo rodea, y sus pequeñas aventuras del colegio, donde generalmente es testigo mas no protagonista, conforme avanza la historia vemos como va madurando emocionalmente, ya que si bien la suerte le sonrió al no haber tenido nunca problemas personales o económicos, conocer a chicos que tenían una vida dura, le hizo apreciar bastante la suya y sobre todo a su familia ayudándole a sobrellevar  el dolor que siente al final de la historia.

Derossi, es el ejemplo de la perfección, el primero de la clase, y el mejor en todo, perfección que se atiza más con su personalidad: humilde, modesto y siempre amable y dispuesto a ayudar a los demás, es una muestra de como no debemos dejar que el triunfo y el éxito nos arrastre por el camino de la soberbia, que debemos siempre ser centrados y que aunque sepamos mucho, en esta vida siempre habrá algo más que aprender.

Precossi es la superación encarnada, el hecho de ser pobre y tener un padre borracho y golpeador, no le impidió nunca ser uno de los más  inteligentes, aunque si mello su personalidad. Tímido y retraído como es, tampoco le impidió que se ganara la simpatía de muchos, no solo por compasión, sino también por admiración. Y lo más maravilloso de él, es que logró lo que parecía imposible, transformar a su padre en un hombre de bien demostrando así como es que los adultos tienen mucho que aprender de la inocencia de un niño, rompe totalmente el estereotipo de que las personas que tienen una vida difícil, se vuelven “lacras sociales”. Por suerte conozco a varios Precossis en la realidad.

Y por último tenemos a Garrone, el más grande de todos, algo arisco y rudo a veces, pero con un gran corazón. Bondadoso, y solidario, siempre defendiendo a los débiles y castigando a los malos, el más querido por los compañeros y los padres. Tiene el don de inspirar los más nobles sentimientos en los demás. Es el que enfrenta “el dolor más grande que le puede pasar a un niño”, este suceso origina un fuerte impacto en él y lo sume en la más honda tristeza, pero demostrando su fortaleza, logra salir adelante y superarlo, y si bien sigue con las mismas cualidades de siempre, no vuelve a ser el mismo.

Aparte de ellos hay una variada gama de personajes, la mayoría niños, cada uno con un rol diferente: Garoffi, el comerciante; Estardo, el perseverante; Coretti, el trabajador; Vottini, el presumido; Nobis, el soberbio; Franti, el malo; Nelly, el discapacitado … y así muchos más, cada uno con su propio mundo, con sus propios problemas y con sus propios sueños.

Además de estas vivencias escolares, el libro se complementa en cada capítulo con un cuento mensual, en el que el protagonista siempre es un niño que demuestra valores ya sea de lealtad, amistad, amor o patriotismo, este último es que más se destaca debido a la instrucción militar que recibió Amicis. Con un lenguaje bastante sencillo y sublime, el autor parece tener el objetivo de sensibilizar al lector a través de sus páginas cargadas de distintas emociones capaces de arrancarnos lágrimas y sonrisas.

Es una historia conmovedora, bastante recomendable no solo para niños, sino también para jóvenes y adultos, nos demuestra que la verdadera fuerza de un “héroe” no radica en su inteligencia o físico, sino en su CORAZÓN 

El por qué del nombre

¿Por qué “mi rincón de empolvados libros”?, quizás se preguntaran, estuve varias horas pensando en un nombre para este blog, tenía que ser un nombre que encerrara en sí, todo lo que contendría y escribiría en el, la respuesta me llegó al ver mi biblioteca llena de libros, entonces algo recordé...
Recuerdo que tenia alrededor de 10 años, cuando ayudando a mi papá a hacer la limpieza de navidad, en un rincón del estante de empolvados y, en ese entonces, abandonados libros, encontré uno que me llamó la atención por el nombre y portada “CORAZON” de EDMUNDO DE AMICIS, ver en la primera tapa a un niño pobremente vestido con un traje azul, en una pose como queriendo alcanzar el cielo, sin duda causaría curiosidad en cualquiera. Este fue el primer libro que leí, el que me arrastró al maravilloso mundo de la literatura.

Apartir de ese momento me di cuenta que “mi rincón de empolvados libros”, estaba lleno de las más grandes obras literarias de todos los tiempos, entre ellos, una colección de literatura española: El Lazarillo de Tormes, Fuenteovejuna, La Celestina, Don Quijote de La Mancha, etc. Los cuentos árabes de las “Mil y una Noches”, obras de: Shakespeare, Chejov, Oscar Wilde y de otros genios de la literatura europea, encontré también libros de autores peruanos y latinoamericanos: César Vallejo, Mario Vargas llosa, Abraham Valdelomar, Ricardo Palma, Pablo Neruda, García Márquez  y muchos otros, dejaron de ser nombres desconocidos para mí. Conforme iba evolucionando en mi gusto literario, fue llenando ese rincón con más títulos literarios, entre clásicos y contemporáneos, libros que compraba o que me regalaban, me atrevo a decir que ninguno fue desperdiciado, y fue así como ese rincón de empolvados libros, se convirtió en la pasión de mi vida.

Me preguntaba siempre, ¿por qué habían estado olvidados tanto tiempo?, ¿por qué mis padres los compraron si nunca los leyeron?, ¿por qué mis hermanos no los vieron antes? La respuesta era obvia: ¡estaban de adorno!, mis padres nunca los leyeron porque “estaban ocupados”, y mis hermanos, pues, ¡nunca les gusto la literatura!, y solo unos de ellos llegó a descubrir este gusto, recién en los últimos años.  Definitivamente, esos libros estaban destinados para mí, fueron comprados con la esperanza de que algún día alguien les sacudiera el polvo y devorara sus páginas con ansiedad, desvelándose en las madrugadas sin importar que al día siguiente tuviera un examen.

Cuando en el colegio me empezaron a enseñar literatura, me levantaba con más ánimo en las mañanas pensando ¿que corriente estudiaremos hoy? los clásicos de Grecia y roma, el renacimiento, el romanticismo, el realismo, etc. Era una de las pocas personas que me alegraba cuando la profesora nos mandaba leer obras, algunas ya las había leído, otras no y esas eran las que más me gustaban, me enfrascaba en intensos debates con alguna que otra compañera que me contradecía, al final, ganando o perdiendo,  siempre me sentía satisfecha, no por soberbia, sino porque sentía que ya había encontrado lo que quería hacer en mi vida. Así que, estando en el último año de secundaria, cuando me tocaba pensar sobre lo que haría en el futuro y a que me dedicaría, la respuesta parecía obvia, ¡estudiaré literatura!, lamentable fue al darme cuenta, que había muy pocas universidades aquí en Perú que ofrecieran esa carrera y ninguna quedaba en mi provincia o cerca de ella y como mi situación económica no estaba como para ir hasta Lima y pagarme un departamento, no me quedo otra opción más que quedarme a estudiar en la única universidad que había en mi distrito y haciéndole caso a mi test vocacional, escogí estudiar Derecho.

La verdad no me quejo de esta decisión, me gusta mucho y,  modestia aparte, tengo talento,  pero siempre entre mis códigos y leyes, hay una novela que suelo leer en ratos libres o en medio de alguna clase aburrida. Llevo ya dos años estudiando esa carrera, pero aun así me pregunto ¿Cómo sería si estuviera estudiando literatura?, se que encontraré la respuesta a esta pregunta en un futuro no muy lejano, esta es mi decisión:  ¡estudiaré literatura!, porque es lo que el destino me deparó el día que encontré ese libro de Amicis, ¡estudiaré literatura!, porque aún me quedan muchos libros por leer, ¡estudiaré literatura! porque es el sueño de mi vida, y no se quedara abandonado por años, como esos empolvados libros, que por suerte un día descubrí, ¡estudiare literatura!, porque es la razón de mi existir.