viernes, 14 de enero de 2011

El por qué del nombre

¿Por qué “mi rincón de empolvados libros”?, quizás se preguntaran, estuve varias horas pensando en un nombre para este blog, tenía que ser un nombre que encerrara en sí, todo lo que contendría y escribiría en el, la respuesta me llegó al ver mi biblioteca llena de libros, entonces algo recordé...
Recuerdo que tenia alrededor de 10 años, cuando ayudando a mi papá a hacer la limpieza de navidad, en un rincón del estante de empolvados y, en ese entonces, abandonados libros, encontré uno que me llamó la atención por el nombre y portada “CORAZON” de EDMUNDO DE AMICIS, ver en la primera tapa a un niño pobremente vestido con un traje azul, en una pose como queriendo alcanzar el cielo, sin duda causaría curiosidad en cualquiera. Este fue el primer libro que leí, el que me arrastró al maravilloso mundo de la literatura.

Apartir de ese momento me di cuenta que “mi rincón de empolvados libros”, estaba lleno de las más grandes obras literarias de todos los tiempos, entre ellos, una colección de literatura española: El Lazarillo de Tormes, Fuenteovejuna, La Celestina, Don Quijote de La Mancha, etc. Los cuentos árabes de las “Mil y una Noches”, obras de: Shakespeare, Chejov, Oscar Wilde y de otros genios de la literatura europea, encontré también libros de autores peruanos y latinoamericanos: César Vallejo, Mario Vargas llosa, Abraham Valdelomar, Ricardo Palma, Pablo Neruda, García Márquez  y muchos otros, dejaron de ser nombres desconocidos para mí. Conforme iba evolucionando en mi gusto literario, fue llenando ese rincón con más títulos literarios, entre clásicos y contemporáneos, libros que compraba o que me regalaban, me atrevo a decir que ninguno fue desperdiciado, y fue así como ese rincón de empolvados libros, se convirtió en la pasión de mi vida.

Me preguntaba siempre, ¿por qué habían estado olvidados tanto tiempo?, ¿por qué mis padres los compraron si nunca los leyeron?, ¿por qué mis hermanos no los vieron antes? La respuesta era obvia: ¡estaban de adorno!, mis padres nunca los leyeron porque “estaban ocupados”, y mis hermanos, pues, ¡nunca les gusto la literatura!, y solo unos de ellos llegó a descubrir este gusto, recién en los últimos años.  Definitivamente, esos libros estaban destinados para mí, fueron comprados con la esperanza de que algún día alguien les sacudiera el polvo y devorara sus páginas con ansiedad, desvelándose en las madrugadas sin importar que al día siguiente tuviera un examen.

Cuando en el colegio me empezaron a enseñar literatura, me levantaba con más ánimo en las mañanas pensando ¿que corriente estudiaremos hoy? los clásicos de Grecia y roma, el renacimiento, el romanticismo, el realismo, etc. Era una de las pocas personas que me alegraba cuando la profesora nos mandaba leer obras, algunas ya las había leído, otras no y esas eran las que más me gustaban, me enfrascaba en intensos debates con alguna que otra compañera que me contradecía, al final, ganando o perdiendo,  siempre me sentía satisfecha, no por soberbia, sino porque sentía que ya había encontrado lo que quería hacer en mi vida. Así que, estando en el último año de secundaria, cuando me tocaba pensar sobre lo que haría en el futuro y a que me dedicaría, la respuesta parecía obvia, ¡estudiaré literatura!, lamentable fue al darme cuenta, que había muy pocas universidades aquí en Perú que ofrecieran esa carrera y ninguna quedaba en mi provincia o cerca de ella y como mi situación económica no estaba como para ir hasta Lima y pagarme un departamento, no me quedo otra opción más que quedarme a estudiar en la única universidad que había en mi distrito y haciéndole caso a mi test vocacional, escogí estudiar Derecho.

La verdad no me quejo de esta decisión, me gusta mucho y,  modestia aparte, tengo talento,  pero siempre entre mis códigos y leyes, hay una novela que suelo leer en ratos libres o en medio de alguna clase aburrida. Llevo ya dos años estudiando esa carrera, pero aun así me pregunto ¿Cómo sería si estuviera estudiando literatura?, se que encontraré la respuesta a esta pregunta en un futuro no muy lejano, esta es mi decisión:  ¡estudiaré literatura!, porque es lo que el destino me deparó el día que encontré ese libro de Amicis, ¡estudiaré literatura!, porque aún me quedan muchos libros por leer, ¡estudiaré literatura! porque es el sueño de mi vida, y no se quedara abandonado por años, como esos empolvados libros, que por suerte un día descubrí, ¡estudiare literatura!, porque es la razón de mi existir.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Kemisa!
    El momento que uno descubre esa pasión por la literatura es inolvidable. Yo heredé de mi abuela toda una biblioteca de libros que nadie más aparte de ella había leído. Fue la mejor herencia de todas.

    Saludos,
    Meli

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  2. Hola!... yo también empecé con Corazón, y desde ese momento no he parado de leer... Posteas cosas interesantes... espero saber más de ti, por eso te seguiré ^^

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